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BOCANADA

Uno antes de... Uno durante... Uno después de...

La cuestión es que estás conmigo siempre. Me has acompañado desde hace poco más de 6 años y te tengo tanto cariño como cariño le tengo a mi mejor amigo. Y es que no es para menos: Aivias mi estrés, camas mi ansiedad, redireccionas mis neuronas, desahogo mi ira mientras boto lentamente de mi boca el producto de tu beso, me acompañas cuando necesito a alguien sin necesitarlo en forma presente, me acompañas cuando estoy con alguien y, ese alguien, de forma presente y, realmente, aunque diga que me haces daño y te tengo que dejar, no quiero dejarte y más te busco, te encuentro y somos uno solo, de cinco a diez minutos aproximadamente.

El vicio de fumar no sé por qué llegó. Sí sé que me hace tanto bien como mal, pero me quedo con sentirme tranquilo y alivianado que sentirme culpable de mi propia muerte... Bueno, es precipitado que crea que me vaya a morir a causa del cáncer, dado que hay muchas posibilidades para un ser humano de morir por otra cosa (accidente, asesinato, atraco en un bus, en un incendio, imprudencia, etc)

La peor fumada de mi vida (no vale la primera vez; no fue nada placentero, pero es que estaba aprendiendo) fue con un mustang verde, por allá en el 2002... Pensándolo bien, no fue tan malo: no me dio mareo ni nada, solo que gracias a ese cigarrillo, empecé a odiar los mentolados. El sabor del mustang verde era horrible. Lo fumé una noche de sábado (a eso de las 19), estaba jugando microfútbol con unos ñeros del barrio, noche despejada y recién dejado plantado. Quizás sea por eso que dejé de jugar tanto al microfútbol y me dediqué un poco más a probar más cigarrillos. Aunque haciéndome un psicoanálisis, el mariconazo de Freud pensaría que es una necesidad que tenga de echarme a la boca una pija de casi 12cm de largo y casi 1cm de diámetro (necesidad que no tengo y espero que esa aclaración sobre) o que algo pasó en mi niñez y que la culpa la tienen mis viejos... A propósito de Freud, el momento histórico por el que él pasó no era fácil, tenía varios hermanos y otros hermanastros, su situación económica no era bastante buena, no había lavadora ni horno ni buen sistema de movilización urbana ni tantas vías pavimentadas y aún así, Sigumcito siguió adelante culpando de algunos chascarrillos de adolescente a los padres... apuesto que jamás se le ocurrió decir "gracias, madre, porque me supiste criar".

Las mejores fumadas, esas sí fueron muchas. no alargaré más este texto escribiéndolas a cada una. De entre todas, en especial, hay es una marca de cigarrillos que más recuerdo: pielroja. Además de que lleva el título de "menos dañino" es el que mejor sabor tiene y el que más reminiscencias gratas me trae.

En fin... seguré fumando. No encuentro mejor complemento para los ratos de soledad, aburrición y estrés. No me importa que algunos non fumadores me odien y/o censuren (ojo que no escribo "critiquen" sino "censuren") No le hago caso al que me dice que eso es malo, que lo deje. De hecho, me fastidia que me digan eso; ya sé que hace daño y que trae consecuencias a largo plazo.

Cigarrillos, queridos cigarrillos, ¡no los dejaré ni de coña!... Y mientras fumo mi vida no consumo porque, flotando el humo, me suelo adormecer...Cuando no hay más que decirnos, me hago uno con el humo serpenteando la razón...

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